Y en concreto, ¿Qué Hacemos?

La vida misionera nos impulsa a poner toda nuestra confianza en el único Señor de los corazones y de la misión y nos invita a dejarnos poseer y guiar por su Espíritu, alma y agente insustituible de toda evangelización; nos lleva también a buscar y a valorar los signos de Dios en el interior de la historia y nos exige dejarnos interpelar por la Palabra y celebrar nuestra fe en comunidad” (Constituciones N° 55)

Hacer, hacer... ¡multitud de cosas!, pero fundamentalmente, al llegar a un nuevo lugar de misión, miramos cuáles son las necesidades y de qué manera podemos responder a ellas. A partir de ahí, tenemos nuestras preferencias: las mujeres, los jóvenes y los niños, ya que suelen ser los más desfavorecidos.

Dependiendo del sitio donde nos encontramos, nuestra actividad varía y siempre en función de las necesidades de la realidad que encontramos.

En todo esto: EVANGELIZAMOS AMANDO”

 

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