Compartir con laicos la experiencia de la vida, según el carisma de la Compañía Misionera... Es evidente que el compromiso de los laicos es un signo de los tiempos y objeto de gran esperanza en la construcción del Reino. Nos ayuda a seguir respondiendo al HOY del Espíritu y revitaliza la MISIÓN de la Iglesia”.
(VII Asamblea: Laicos Misión Compartida).
Somos un grupo de laic@s atraid@s por el Amor de Dios y la Pasión por su Reino que nos lleva a la Misión.

Respondemos a nuestra vocación:
- Compartiendo el Carisma y Espiritualidad de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, desde nuestro ser y vocación laical;
- y lo expresamos evangelizando con el testimonio de vida y la acción, en los diversos espacios donde nos encontramos: familia, amigos, barrio, parroquia y trabajo.
Como familia de una congregación específicamente misionera, nos sentimos llamad@s a la Misión Ad gentes, es decir, a “salir” que para nosotr@s significa, desinstalarnos, estar en continuo movimiento hacia las periferias, hacia las fronteras para ir al encuentro de los más pobres y necesitados o hacia otros pueblos y culturas dónde no ha llegado todavía el anuncio del reino de Dios.
RASGOS DE NUESTRO SER LAICAL
Compartimos el Carisma y Espiritualidad de la Compañía Misionera desde nuestra identidad laical.
- Nos fortalecemos interiormente conociendo y haciendo nuestra su propia espiritualidad.
- Vivimos la dimensión universal, sintiendo como propios cada uno de los lugares de misión donde está la Compañía Misionera a través del conocimiento y solidaridad con sus pueblos y culturas.
- Hacemos nuestro el “sal de tu tierra” viviendo en actitud de apertura y acogiendo las “diferencias” ya sean étnicas, culturales, religiosas o sociales.
Reconocemos la importancia de vivir el diálogo interreligioso y la interculturalidad para la tarea de evangelización allí dónde estemos.
- Construimos el Reino de Dios haciendo nuestra la opción por los pobres hoy comprometiéndonos con la defensa de la vida, derechos humanos y el respeto a la tierra y a la creación.
- Queremos vivir en actitud de escucha al Espíritu porque creemos que se manifiesta a través de las diversas situaciones cotidianas y en los nuevos paradigmas del mundo de hoy.
- Nos sentimos comprometidas con la tarea misionera de la Iglesia sintiéndonos parte de la misma allí dónde nos encontremos.
- Sentimos a María como Madre y la tenemos como Modelo de Discípula y Misionera.